Después de pasar más de mil días en la Central de Autobuses de Puebla (CAPU), el cuerpo de María de Jesús Mundo, una mujer de 79 años conocida cariñosamente como “Doña Mary”, fue finalmente reclamado por su hija.
El desenlace pone fin a una conmovedora historia que capturó la atención de la opinión pública, una historia marcada por la espera de sus hijos en el mismo lugar que se convirtió en su hogar.
Fuentes de la Fiscalía General del Estado de Puebla confirmaron que los restos de Doña Mary, quien falleció por causas naturales el 24 de julio de 2025, fueron entregados a su familia cinco días después.
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Desde 2022, la CAPU se convirtió en el hogar de María de Jesús, llegó a la terminal después de ser desalojada de su vivienda en Tehuacán y con el tiempo se estableció en una de las bancas de la estación, su objetivo relató a quienes se acercaban a ella, era esperar a sus tres hijos: dos mujeres, María Guadalupe y Alma, y un hombre, Víctor Manuel.
Según sus palabras, la terminal era el punto de encuentro que habían acordado, durante su larga espera, Doña Mary subsistió gracias a la generosidad de los viajeros y empleados de la terminal, quienes le proporcionaban comida, ropa y dinero.
Su historia se hizo viral en las redes sociales a principios de 2024, lo que aumentó la conciencia sobre su situación, aunque el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) le ofreció un lugar en un albergue en varias ocasiones, ella se negaba a abandonar la terminal, insistiendo en que sus hijos la encontrarían allí.
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El 24 de julio de 2025, Doña Mary fue encontrada sin vida en una de las bancas de la terminal. Paramédicos confirmaron su fallecimiento por causas naturales, atribuidas al deterioro de su salud, que incluía una infección en la pierna y otras complicaciones.
Su cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense (SEMEFO), donde permaneció a la espera de ser identificado. El 28 de julio, una mujer que se identificó como su hija, María Guadalupe, viajó desde Cuernavaca, Morelos, para realizar los trámites necesarios, los reportes indican que un sobrino de Doña Mary también estuvo presente.
Los restos fueron finalmente entregados un día después, el 29 de julio, fuentes ministeriales informaron a los medios que la familia de Doña Mary explicó a las autoridades que la mujer se había negado a vivir con ellos.
La hija, María Guadalupe, habría admitido haber intentado persuadir a su madre para que se fuera a vivir con ella, pero no tuvo éxito.
A pesar de esta versión, la Fiscalía General del Estado de Puebla no ha informado si iniciará una investigación por el delito de abandono de persona.
La muerte de Doña Mary en la CAPU cierra el capítulo de una vida marcada por la soledad en medio de una multitud, pero el reclamo de su cuerpo por parte de su familia ofrece un final, aunque trágico, donde la esperanza de un reencuentro finalmente se cumplió.