Dos videos que circulan en la red social X han puesto bajo la lupa la conducta del alcalde priista de Cuyoaco, Puebla, Iván Camacho.
Las grabaciones, que muestran actos de prepotencia y violencia por parte del edil y su círculo cercano, su mujer, han generado indignación, especialmente en un municipio donde la pobreza es una realidad para la mayoría de sus habitantes.
Es de sorprender la ostentación de Camacho, quien, con apenas un año en el cargo, presume una camioneta de último modelo y un equipo de escoltas que, según las denuncias, utiliza como golpeadores a su antojo y al de su pareja.
El primero de los incidentes se desarrolló en una tienda departamental en la exclusiva zona de Angelópolis en Puebla capital, el alcalde Camacho, acompañado de su pareja y dos escoltas, intentaba realizar una devolución, como el proceso no resultó como esperaban, llevó a la pareja del alcalde a llamar a los escoltas, para intimidar al empleado de la tienda.
Los guardaespaldas amenazaron de muerte al empleado, evidenciando un claro abuso de poder y la utilización de la seguridad personal para fines ajenos a sus funciones.
Empleados de la tienda relataron que el presidente municipal los amenazó con golpearlos, les advirtió que “no sabían con quién se metían” y dejó claro que no permitiría ninguna devolución. Incluso, aseguran que mencionó que los iba a “levantar”. Ante la tensión, el personal activó el protocolo de seguridad interna.
Poco después de que el escándalo en la plaza comercial saliera a la luz, emergió un segundo video que retrata un incidente aún más grave, en esta ocasión, el alcalde Iván Camacho fue grabado en la autopista Puebla - Cuapiaxtla, cerrándole el paso a un autobús.
La confrontación, motivada porque el chofer del autobús no le cedió el paso, escaló cuando la pareja del alcalde arribó en otro vehículo para unirse al bloqueo, buscando de manera explícita un conflicto con el conductor del transporte público.
Este acto no solo puso en riesgo la seguridad de los pasajeros del autobús, sino que también demostró un patrón de comportamiento agresivo y desafiante por parte del edil.
Ante la creciente controversia y la condena pública, la respuesta del alcalde Iván Camacho ha sido percibida como insuficiente y evasiva. Lejos de asumir la responsabilidad por sus propios actos o los de su pareja, el edil informó que despidió al escolta involucrado en las amenazas al dependiente de la tienda.
Esta medida, si bien puede ser un intento de mitigar el daño a su imagen, no aborda las preocupaciones fundamentales sobre el uso indebido de su poder, la conducta violenta de su pareja y la impunidad con la que operan.