Un escalofriante testimonio ha salido a la luz, revelando los horrores que se vivieron en un campo de entrenamiento y exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ubicado en el municipio de Teuchitlán, Jalisco. Un sobreviviente, cuya identidad se mantiene en anonimato por seguridad, narró a medios nacionales las atrocidades presenciadas en este sitio, donde se estima que al menos 250 personas fueron asesinadas y sus cuerpos incinerados.
Fue el pasado 5 de marzo de 2025 cuando, después de recibir una llamada anónima que alertaba sobre la posible presencia de restos humanos en una propiedad, integrantes del colectivo acudieron al rancho Izaguirre en compañía de elementos de la Guardia Nacional (GN).
El predio, ubicado en la localidad de La Estanzuela, perteneciente al municipio de Teuchitlán, Jalisco, ya había sido identificado por las autoridades del estado en septiembre de 2024, cuando agentes de la GN irrumpieron en la localidad y detuvieron a 10 Sicarios fuertemente armados.
El complejo criminal, situado en un rancho a una hora de Guadalajara, funcionaba como un centro de adiestramiento para sicarios. El lugar contaba con una bodega donde los reclutas dormían y eran entrenados, un área de cocina, un campo de entrenamiento y un área destinada al desmembramiento e incineración de cuerpos.
El modus operandi del CJNG para reclutar a sus sicarios involucraban ofertas de trabajo engañosas. Las víctimas eran contactadas y citadas en la Central Nueva de Tlaquepaque, donde miembros del cártel los recogían y trasladaban a casas de seguridad. Allí, se les informaba que habían sido reclutados por el CJNG y comenzaba su entrenamiento.
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El adiestramiento incluía el manejo de armas y explosivos, tácticas de secuestro e irrupción en inmuebles, tortura, desmembramiento y desaparición de personas. El sobreviviente relató la crueldad de los entrenadores, quienes no mostraban ningún respeto por la vida humana.
"Una vez los jefes escucharon a unos muchachos decirse groserías, y los pusieron a ellos dos a pelear, porque no era permitido llevarse ni decir malas palabras. Les dijeron que se dieran hasta que cayera uno muerto y aparte, al que ganó, después lo mataron ellos mismos por haberse llevado", testificó el sobreviviente.
En el rancho Izaguirre de Teuchitlán, se encontraron tres hornos crematorios donde se estima que fueron incineradas 250 personas. Uno de los hornos aún exhalaba humo de un cuerpo al momento de ser descubierto por colectivos de búsqueda. Cientos de pares de zapatos, maletas y objetos personales dan testimonio de la magnitud del exterminio.
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El sobreviviente explicó que los cuerpos eran desmembrados antes de ser incinerados en los hornos de leña. Los restos eran posteriormente arrojados a pozos en el suelo.
La cantidad de sicarios entrenados en el rancho era abrumadora. El sobreviviente relató que durante su estancia de un mes, durmió junto a cientos de jóvenes en una bodega abarrotada, donde incluso tenían que dormir unos sobre otros.
El sobreviviente también señaló que los tres crematorios encontrados son antiguos y que existen otros más recientes en el terreno. Además, afirmó que toda la propiedad está llena de fosas clandestinas con restos humanos.
Este testimonio revela la brutalidad y la impunidad con la que opera el CJNG, así como la urgente necesidad de que las autoridades tomen medidas para desmantelar estas estructuras criminales y brindar justicia a las víctimas.