El escándalo de corrupción dentro de la Secretaría de Marina-Armada de México (SEMAR) ha tomado un giro trágico.
El capitán Abraham Jeremías Pérez Ramírez, señalado por su implicación en una red de tráfico ilegal de combustible, se suicidó este lunes en sus oficinas de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira.
Pérez Ramírez, quien se desempeñaba como titular de dicha unidad, estaba siendo investigado por la Fiscalía General de la República (FGR) por recibir sobornos para permitir la operación de un esquema de huachicol fiscal.
Según el expediente de la FGR, el capitán formaba parte de una red liderada por el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna y su hermano, el contralmirante Fernando Farías, quienes pagaban a sus subordinados para que permitieran la descarga de combustible ilegal.
Una de las pruebas clave en la investigación es el testimonio del excapitán Alejandro Torres Joaquín, ex director de la Aduana de Tampico, en su declaración ante la FGR, Torres reveló que le entregó a Pérez Ramírez la cantidad de 100 mil pesos como "gratificación" para permitir la descarga de un buque de huachicol en abril de 2024.
El dinero era enviado por el capitán de corbeta retirado Miguel Ángel Solano Ruiz, un intermediario que se encuentra prófugo y con orden de aprehensión.
La red, que operaba con total impunidad en los recintos fiscales, pagaba hasta un millón 750 mil pesos por cada buque que lograban descargar, según las indagatorias.
El suicidio de Pérez Ramírez se produce en medio de una ola de detenciones que ya suma a 14 personas, incluyendo al vicealmirante Roberto Farías Laguna, sobrino político del almirante Rafael Ojeda, exsecretario de Marina en el sexenio anterior.