Durante la tarde del pasado lunes, un intento de secuestro fue frustrado en Ciudad Juárez gracias a la resistencia de la víctima y la intervención de la Policía Estatal, un trabajador del Nacional Monte de Piedad, fue agredido y amenazado de muerte por tres individuos que intentaron subirlo a una camioneta.
La víctima se hospedaba en el Hotel La Quinta, salía de un restaurante de hamburguesas cuando fue abordado por la espalda. Sintió un fuerte abrazo y una amenaza de muerte al oído: “Esto es un secuestro. Te vamos a matar”, le susurró Carlos Armando uno de los atacantes, recibió un golpe en la cabeza con la culata de una de las armas que portaban los agresores.
A pesar del aturdimiento, C. F. se resistió con todas sus fuerzas. Benjamín P. y Brayan Eliú M. N., los otros dos implicados, se unieron a la agresión, intentando subir a la víctima a una camioneta Dodge Caravan blanca. La lucha fue intensa. Aunque lograron empujarlo al asiento del copiloto, C. F. aprovechó un descuido y reabrió la puerta, continuando la batalla por su libertad, en la pelea, su dedo meñique izquierdo quedó prensado en el marco de la puerta, sufriendo un desgarro de tendón.
Justo cuando la situación parecía perdida, la víctima escuchó el sonido de sirenas de una patrulla. Un grupo de detectives de la Policía Estatal, que pasaba por la zona, notó la pelea. Al ver a los oficiales, los secuestradores entraron en pánico. “¡La poli, pendejos! ¡Súbelo!”, gritó Carlos, pero era demasiado tarde, los delincuentes desistieron, abandonaron a C. F. en el suelo y huyeron a toda velocidad en la camioneta.
En su huida, Carlos Armando C., quien iba al volante, provocó una serie de accidentes. Primero, chocó con una motocicleta Kawasaki, cuyo conductor salió volando, aunque sin heridas graves. Después, la Caravan subió al camellón y colisionó de frente con una pickup Toyota Tacoma, lo que finalmente detuvo su marcha.
Los tres sospechosos, Benjamín P., Carlos Armando C. y Brayan Eliú M. N., fueron detenidos de inmediato. Aunque no portaban armas al momento de la revisión, los oficiales encontraron dos pistolas 9 mm escondidas en el interior de la camioneta: una Sig Sauer P250 y una Taurus, ambas con múltiples balas.
Los agresores ahora enfrentan cargos por secuestro, lesiones, daños a la propiedad y posesión ilegal de arma de fuego, durante su audiencia inicial, un juez dictó prisión preventiva, y se les ha otorgado 144 horas para que su defensa reúna pruebas.
A pesar de las graves heridas físicas de C. F., incluyendo lesiones en la cabeza y un tendón desgarrado, la evaluación psicológica inicial lo encontró tranquilo, aunque advirtiendo de posibles secuelas emocionales a largo plazo, los daños a la motocicleta, por su parte, fueron valuados en 95,000 pesos.
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