Un giro espectacular en el mundo del narcotráfico se reveló este lunes en una corte de Chicago, donde Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, se declaró culpable de cargos por narcotráfico y, sorpresivamente, reconoció haber orquestado un operativo de película para secuestrar a una persona: el legendario capo Ismael "El Mayo" Zambada.
Aunque Guzmán López no mencionó el nombre de su víctima, los detalles de su confesión coinciden casi perfectamente con el relato del secuestro que Zambada hizo en una carta tras ser detenido en julio de 2024 por autoridades estadounidenses.
El secuestro fue el preámbulo de un doble arresto que conmocionó a México y desató una violenta batalla por el control del Cártel de Sinaloa.
El fiscal Andrew Erskine explicó que Guzmán López, líder de la facción "Los Chapitos", buscaba beneficios judiciales para él o su hermano Ovidio, ambos acusados de traficar fentanilo.
La trama para capturar a Zambada, el narcotraficante más escurridizo que jamás había pisado la cárcel, se llevó a cabo así:
- La Cita Trampa: Zambada fue citado por Guzmán López a una reunión en un centro de eventos a las afueras de Culiacán, supuestamente con otro líder del cártel y políticos locales.
- El Ingreso: Zambada, que mantenía interlocución con "Los Chapitos" pese a ser una facción rival, no desconfió de la presencia de "un gran número de hombres armados con uniformes militares verdes" y siguió a Guzmán López a una habitación oscura.
- La Captura de Película: Múltiples hombres armados irrumpieron por un gran ventanal para someter a Zambada. Lo esposaron, le taparon la cabeza y lo sacaron por la ventana, colocándolo en el asiento trasero de una camioneta.
- El Vuelo Sedado: Fue trasladado a una pista de despegue cercana, donde una avioneta privada los esperaba. Una vez a bordo, Zambada fue atado. Guzmán López le preparó una bebida con sedantes, de la cual también bebió, antes de que el avión aterrizara en Nuevo México, junto a la frontera de Texas, donde ambos capos fueron arrestados.
La noticia de la trampa y el doble arresto en julio de 2024 generó un fuerte malestar en el gobierno del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, quien criticó la falta de información por parte de las autoridades estadounidenses y temió que Washington estuviera involucrado.
El gobierno de EE. UU. se deslindó de la operación, aunque en el documento judicial, Guzmán López fue obligado a declarar que "el gobierno de Estados Unidos no solicitó, indujo, sancionó, aprobó ni toleró el secuestro."
La Fiscalía General de la República (FGR) de México llegó a estudiar la posibilidad de presentar cargos por traición contra Guzmán López.
La detención de Zambada y del "Chapito" desató una sangrienta y aún activa batalla por el control del Cártel de Sinaloa que afecta la región, a pesar del refuerzo de tropas ordenado por la actual presidenta Claudia Sheinbaum.
