A menos de 12 horas de que el cuerpo del líder citricultor Bernardo Bravo fuera hallado con signos de tortura e impactos de bala, Fuerzas Federales y Estatales han anunciado la detención de Rigoberto López Mendoza “El Pantano”, señalado como el autor intelectual del crimen.
De acuerdo con fuentes federales de seguridad, “El Pantano” es identificado como el encargado de cobrar las extorsiones para el cártel de Los Viagras a los productores de limón en el Valle de Apatzingán, Michoacán.
Se presume que ordenó el ataque contra Bravo Manríquez tras las denuncias públicas que el dirigente realizó sobre la asfixiante presión criminal que sufre el sector.
La detención, resultado de un operativo coordinado, se da en un momento de alta tensión, el asesinato de Bravo, presidente de los Citricultores del Valle de Apatzingán y organizador del Tianguis Limonero, ocurrió mientras el gremio mantiene protestas y bloqueos para exigir garantías de seguridad y denunciar los cobros de piso.
Si bien el gobierno presenta la captura como un avance contundente, la celeridad del arresto ha generado escepticismo entre los citricultores, quienes sospechan de un trasfondo político que busque silenciar al movimiento limonero.
Bernardo Bravo había denunciado reiteradamente las extorsiones y la falta de apoyo institucional, un dato que ha incrementado la controversia es que, en septiembre, el gobierno estatal le retiró la escolta oficial que lo protegía.
Tras ello, comenzaron a circular rumores sobre supuestos vínculos de Bravo con el crimen organizado, señalamientos que sus compañeros de movimiento consideran una campaña de desprestigio.
Pobladores y representantes agrícolas de Tierra Caliente exigen que la investigación sea transparente, independiente y con observación federal.
Temen que la captura de “El Pantano” sea utilizada para encubrir omisiones oficiales, las autoridades aún no han detallado públicamente las pruebas que vinculan directamente a López Mendoza con el homicidio.
La muerte de Bravo ha puesto en evidencia la extrema vulnerabilidad de los líderes del campo michoacano y la compleja relación entre la política, el crimen y la economía agrícola en el estado.