Dos policías municipales de Mixquiahuala, Hidalgo, fueron ejecutados durante la tarde del sábado 30 de agosto.
Los Elementos, identificados como Adalberto Emmanuel Lozano Cruz y Erick Hernández Trejo, perdieron la vida en la localidad de Felipe Carrillo Puerto.
Según la versión del ayuntamiento, los Policías acudieron a atender un reporte de robo en una vivienda cuando fueron agredidos, es decir, fueron emboscados.
Un solo individuo les disparó en la periferia del domicilio, provocando su muerte. Sin embargo, las primeras versiones sugerían un atentado más organizado y cometido por más mugrosos, vinculado al seguimiento de personas relacionadas con el robo de combustibles, Huachicoleros, un delito conocido como huachicoleo, que es un problema recurrente en la región.
El gobierno municipal ha coordinado un operativo con la Secretaría de Seguridad Pública estatal (SSPH) y la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJEH) para localizar al responsable, hasta el momento, no se ha reportado ninguna detención.
Este suceso se suma a la ola de violencia que azota el estado, la noche del mismo sábado, en Tula, un municipio aledaño a Mixquiahuala, una balacera dejó un saldo de dos muertos en la localidad de San Francisco Bojay.
Ambas localidades se encuentran en una zona de disputa entre grupos del crimen organizado por el control de las válvulas de Petróleos Mexicanos (Pemex) para el robo de combustible y por el narcomenudeo, la violencia en la región es un reflejo de esta lucha territorial.