La historia de Mario Alberto Lover Martínez, un expolicía federal de 37 años originario de Ciudad Ixtepec, Oaxaca, se ha convertido en un doloroso símbolo de los riesgos que enfrentan los voluntarios extranjeros en la guerra de Ucrania. Fallecido el 9 de junio de 2025 durante un ataque masivo de drones rusos, Mario Alberto combatía como integrante de la Legión Internacional de Defensa Territorial. Sin embargo, a más de dos semanas de su muerte, su familia en Oaxaca enfrenta una angustiosa odisea para repatriar sus restos, un proceso estancado por la falta de confirmación oficial de su deceso.
La trayectoria de Mario Alberto tomó un giro radical en 2019. Tras la disolución de la Policía Federal y la creación de la Guardia Nacional, rechazó integrarse a la nueva corporación, una decisión que lo llevó a convertirse en una figura prominente del movimiento de expolicías federales inconformes.
Entre 2019 y 2020, Mario Alberto lideró el colectivo "Policías con Dignidad, Valor y Justicia", el cual exigía respeto a los derechos laborales y legales de los agentes no deseosos de ser transferidos. Jesús Adrián López Zamora, también expolicía federal y dirigente del mismo colectivo, afirmó que Lover Martínez fue clave en las protestas frente a la entonces Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Ante la falta de acuerdos satisfactorios y el "estigma de corrupción" que, según López Zamora, dificultó la reinserción laboral de muchos exagentes, Mario Alberto decidió abandonar el país.
Según su familia, inicialmente emigró a Estados Unidos, donde supuestamente formó parte del Grupo Delta del Pentágono, una afirmación que no ha sido confirmada oficialmente. Posteriormente, se trasladó a Ucrania, sumándose como voluntario a las fuerzas extranjeras.
La incorporación de Mario Alberto a la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania se gestionó a través de la Embajada de Ucrania en México. López Zamora explicó que los voluntarios presentan su documentación, cubren los costos de su traslado —los cuales son reembolsados una vez en Ucrania— y firman un contrato de un año que incluye seguro de vida y capacitación básica.
En Ucrania, Mario Alberto, quien tenía experiencia en armas y había formado parte de la Coordinación de Reacción y Alerta Inmediata (CRAI), una unidad de la extinta Policía Federal especializada en operaciones de alto impacto, recibió un repaso de dos meses de adiestramiento antes de ser enviado al frente. Estuvo en el conflicto durante ocho meses. Los combatientes mexicanos en la Legión, según López Zamora, pueden recibir pagos mensuales de entre 1,000 y 3,500 dólares, dependiendo de la misión y el riesgo.
El fatal ataque del 9 de junio de 2025, un bombardeo masivo con drones rusos en varias ciudades ucranianas, cobró la vida de Mario Alberto. Su deceso fue notificado a la familia por un comandante colombiano de la Legión Extranjera, identificado como "Dante". El mismo día, se reportaron hasta 1,200 bajas entre las fuerzas ucranianas, según versiones extraoficiales.
Desde entonces, la familia de Mario Alberto ha emprendido una desgarradora lucha para recuperar sus restos. Julieta Lover Martínez, hermana del exagente, declaró a la agencia Viory: "Nos dijeron que no tienen el cuerpo, y por eso no se puede avanzar".
A pesar del apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Embajada de México en Ucrania, el proceso de repatriación se mantiene estancado. La razón principal es la falta de una confirmación oficial del fallecimiento por parte de las autoridades ucranianas. Araceli Lover Martínez, otra de sus hermanas, manifestó a Quadratín: "Desde el día que nos avisaron que cayó en combate, lo único que pedimos es que lo traigan a casa. Nos han dicho que todo el trámite que metimos hay que esperar hasta que el gobierno de Ucrania haga una tregua con los rusos para que ellos puedan entregar el cuerpo".
La familia de Mario Alberto ha exhortado a otros exagentes y ciudadanos mexicanos a reconsiderar la decisión de ir a combatir a Ucrania. "Yo les diría que no lo hagan, porque no es seguro. Lo que les prometen no es 100% cierto", advirtió Araceli Lover Martínez. En Ciudad Ixtepec, la familia ha colocado un altar en memoria de Mario Alberto, con su madre expresando: "Siempre fue un hermano responsable, siempre estuvo con nosotros. Solo queremos que regrese, que lo podamos despedir".
Según datos de Jesús Adrián López Zamora, al menos 18 exagentes de la extinta División de Fuerzas Federales se encuentran actualmente combatiendo en Ucrania, y otros 35 están a la espera de autorización. Todos ellos con formación en operaciones tácticas y combate urbano.
La situación no es exclusiva de México. En noviembre de 2024, el canciller colombiano Luis Gilberto Murillo informó que al menos 310 ciudadanos de su país habían muerto combatiendo en Ucrania, muchos de cuyos cuerpos tampoco han sido repatriados.
Hasta el momento, el Gobierno de México no ha informado cuántos de sus ciudadanos participan en el conflicto. La Cancillería ha brindado acompañamiento consular a las familias, pero no ha emitido una postura oficial sobre el estatus legal de los voluntarios.
La Embajada de Rusia en México acusó públicamente el 16 de junio a la Embajada de Ucrania de reclutar combatientes mexicanos, calificándolo como una violación a la Convención de Viena, a lo que México no ha respondido. Por su parte, la Embajada de México en Ucrania ha negado la existencia de "mercenarios" mexicanos, afirmando que quienes combaten lo hacen por voluntad propia.
La historia de Mario Alberto Lover Martínez subraya las complejas realidades de los conflictos internacionales y las profundas implicaciones humanas para las familias que buscan cerrar un capítulo trágico. La incertidumbre sobre el paradero de sus restos sigue siendo una herida abierta para la familia Lover Martínez, quienes solo desean darle un último adiós digno a su ser querido.