En febrero de 2025, un operativo de Fuerzas Federales en Culiacán, Sinaloa, tuvo como objetivo la detención de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, alias "El Chapito", hijo de El Chapo Guzmán y líder de la facción conocida como Los Chapitos.
A pesar del despliegue en la sindicatura de Tierra Blanca, el capo de 41 años, buscado por la DEA con una recompensa de 10 millones de dólares por su papel en el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, logró evadir la detención.
La fuga de Iván Archivaldo fue posible gracias a la existencia de un túnel subterráneo de 700 metros, oculto en el baño de una vivienda y con salida en una casa desocupada. Este pasaje, que contaba con iluminación y era transitable a pie, ya estaba preparado desde varios días antes, lo que sugiere una planificación minuciosa.
Tras recorrer el túnel, Guzmán Salazar fue extraído en un automóvil con vidrios polarizados, escoltado por Sicarios con fusiles y granadas, quienes protegieron su escape.
Mientras Iván Archivaldo huía, dos de sus operadores más cercanos fueron detenidos: José Ángel Canobbio Inzunza, alias "El Güerito", considerado el operador financiero de Los Chapitos y responsable de la logística para la producción y envío de fentanilo; y Kevin Alonso Gil Acosta, "El 200", jefe de seguridad personal de Iván y coordinador de los movimientos tácticos de su círculo íntimo.
Fuentes de seguridad sugieren que "El 200" fue entregado por el propio Iván como parte de una estrategia de distracción, pues se supo que Guzmán Salazar estaba al tanto del operativo al menos una hora antes, gracias a una advertencia de su primo.
Precisamente, la intervención de su primo, Jaziel Abdiel Guzmán Araujo, alias “El Gabacho”, hijo de Aureliano Guzmán Loera, fue crucial en el escape. Una supuesta conversación privada entre Iván Archivaldo y “El Gabacho” revela cómo se coordinó la huida.
En la conversación inicial, Jaziel alertó a Iván sobre la información de la Sedena, mientras Iván le aseguraba tener un plan. Media hora después, Iván volvió a comunicarse, expresando su desconfianza en cualquiera que no fuera su familia y solicitando la ayuda de Jaziel para salir por el túnel.
"El Gabacho" respondió que le enviaría "unos amigos" para ayudarlo en "ese asunto" y lo esperaría en "donde doña July".
Jaziel Guzmán: Bueno, ¿primo Iván?
Iván Archivaldo: Dígame, Gabacho.
Jaziel Guzmán: Me llegó una información de la Sedena, que te andan buscando por esos lados donde andas, así que vete de ahí ya mismo o dime cómo puedo ayudarte desde acá.
Iván Archivaldo: No se preocupe, Gabacho. Yo tengo un plan, así que esos culeros no me atraparán ni hoy ni nunca.
Jaziel Guzmán: Está bien, primo, estaré pendiente por si ocupas cualquier cosa.
Iván Archivaldo: Listo, pendiente.
Media hora después, Iván volvió a comunicarse:
Iván Archivaldo: Jaziel, necesito tu ayuda. En estos momentos no confío en nadie que no sea mi familia. Me encuentro saliendo por el camino que nos gusta (el túnel).
Jaziel Guzmán: Entiendo, primo. No se preocupe, ya mismo le mando unos amigos para que le ayuden con ese asunto. Espéranos donde doña July.
Iván Archivaldo: Listo, Gabacho, los espero.
Esta interacción sugiere que Iván tenía un plan de escape predefinido y que solo confiaba en su primo para llevarlo a cabo, con el apoyo logístico y armado desde el interior del cártel.
Iván Archivaldo vive bajo una constante crisis nerviosa. Su nivel de desconfianza es tal que incluso recela de sus propios hombres y solo toma decisiones clave cuando está rodeado exclusivamente de miembros de su familia.
Esta actitud se ha intensificado tras la detención de sus hermanos Joaquín y Ovidio Guzmán, y la presión internacional, las pugnas internas y la exposición mediática lo mantienen en un estado de repliegue permanente.
Este operativo frustrado, ocurrido a cinco meses del inicio del nuevo sexenio, representa un momento delicado para la estrategia de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum.
A pesar de la captura de operadores clave, los principales líderes de Los Chapitos —Iván y Jesús Alfredo Guzmán Salazar— continúan en libertad. Por su parte, "El Chapo" cumple cadena perpetua en Estados Unidos, mientras Joaquín y Ovidio Guzmán esperan audiencias judiciales en el mismo país.
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