En un golpe al crimen organizado, elementos del Ejército Mexicano localizaron y desmantelaron un mega laboratorio clandestino en el municipio de Tepalcatepec, Michoacán. Este complejo tenía la capacidad de producir semanalmente cerca de dos toneladas de droga sintética, principalmente fentanilo, con un valor estimado superior a los 80 millones de pesos a la semana en el mercado ilícito.
Según informó la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la operación se llevó a cabo durante patrullajes de vigilancia y reconocimiento en zonas de alta incidencia delictiva. La acción militar se concentró específicamente en las inmediaciones de la localidad Catarino Pérez.
Durante el operativo, los militares detectaron a varios sujetos a bordo de una camioneta. Al notar la presencia castrense, los individuos abandonaron el vehículo y huyeron rápidamente entre la densa maleza del lugar. La unidad, que posteriormente se confirmó contaba con reporte de robo, transportaba en su interior dos tinas con aproximadamente 300 kilogramos de una sustancia granulada con características similares a la metanfetamina.
Tras asegurar el vehículo abandonado, los soldados realizaron un rastreo exhaustivo en la zona. A poca distancia de donde fue hallada la camioneta, localizaron un complejo clandestino que funcionaba como un narcolaboratorio a gran escala. El sitio estaba equipado con una infraestructura industrial considerable y una vasta cantidad de insumos químicos.
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En el lugar, las fuerzas armadas aseguraron un impresionante arsenal de equipo y sustancias. Entre lo incautado se encuentran cuatro reactores, cuatro condensadores, tres centrifugadoras metálicas, siete contenedores cilíndricos, 53 tambos con químicos no identificados, 32 tinas, 29 bidones con distintas sustancias, seis cubos con material blanco desconocido, 64 costales con probable sosa cáustica, más de 10 tanques de gas y tres ollas metálicas de gran capacidad.
Este hallazgo representa uno de los aseguramientos más significativos en la región en lo que va del año. La operación se produce apenas unas horas después de la trágica muerte de ocho Elementos de Fuerzas Especiales del Ejército y la Guardia Nacional, quienes fallecieron al activar una mina que hizo explotar el Sand Cat blindado en el que viajaban, en los límites de Michoacán con Jalisco. Este crimen se atribuye a la organización terrorista (designada así por los Estados Unidos) Carteles Unidos, la cual integra al Cártel de Los Reyes y al Cártel de Tepalcatepec, siendo su máximo líder Juan José Farías, conocido como "El Abuelo".
A pesar de ser señalado como el líder de un grupo terrorista, se presume que El Abuelo Farías no cuenta con una sola orden de aprehensión en Michoacán. Por el contrario, se ha documentado que el Ejército ha intervenido para proteger su territorio de las incursiones del Cártel Jalisco Nueva Generación, llegando incluso a utilizar helicópteros artillados para salvaguardar la hegemonía del narcotraficante en la zona.
Incluso el gobierno del estado ha reforzado aún más el bastión criminal que representa Tepalcatepec —municipio gobernado por una cuñada de "El Abuelo" Farías—, instalando seis Bases de Operaciones Interinstitucionales con agentes estatales y soldados. Esta cantidad resulta desproporcionada si se compara, por ejemplo, con Morelia, la capital del estado, donde solo hay cinco bases para cuidar a un millón de pobladores, mientras que Tepalcatepec tiene apenas 24 mil habitantes.
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